viernes, 27 de septiembre de 2019

Y en un enunciado, todo lo dijo



Y en ese instante me sujetó firme del brazo, y dijo: " ¿no te parece preciosa la vida cuando estamos juntos? Ahora  sos mía".
Ni siquiera llevamos la cuenta del tiempo que transcurrió desde aquella noche, quizá fueron horas, minutos o milésimas de segundos... pero solo estaba segura de que vos no eras lo que necesitaba.
Y en cambio reafirmaba una y otra vez lo contrario.
Y he allí, la certeza absoluta.
La única verdad: la inconsistencia de la sinrazón.
Un gran panorama de pequeñas piezas yuxtapuestas y situadas. Día a día la ansiedad nos punza al querer tenerlo todo resuelto. En ocasiones me incita a cuestionar la capacidad propia de dar un salto en los peajes de mi vida, pero olvido lo esencial: las emociones. Sentires, impulsos y estados.
Acelerador de partículas que todo lo arrasa, lo corrompe y regenera, de la nada misma.
Motor de conducta violentada que encarna: Sonrisas subyacentes de añejas conversaciones. conversaciones.

El cálido toqué estremeciente del roce de la piel del amante y las nauseabundas mariposas estomacales que revolotean.
Momentos ínfimos de caducadas posibilidades.
Pero, me gustaría creer, pensar...
- Arremeter y declarar-
... que los sentires significan para suceder, o bien, son fruto residual de nuestras premeditadas provocaciones.


- Lucía Galluccio.


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