Si
pudieras darme un minuto. Si pudieras darme sesenta segundos
de tu tiempo.
Si
te hubiese conocido en el pasado o quizás
en otra vida,
¿habría
sido algo diferente? ¿serías hoy parte de mi presente?
Si pudiera dejar de contemplarte desde lejos.
Ser
indiferente a tu encanto.
Si
te he observado a la distancia es porque denoto algo mágico,
sublime y enigmático.
sublime y enigmático.
Si hoy lloviesen certezas de posibilidades sería de ilusa ser creyente;
sabiendo
la respuesta de antemano.
Si
tenerte cerca me es confuso: una colisión emocional de sentimientos.
Mis
ojos dos canicas redondas que,
tu estructura anatómica recorre: arriba a
abajo y en sentido opuesto.
Detenidas
en cada línea de expresión mezquinando el lujo
de
clavarse en tu sonrisa.
El
tiempo. Grano a grano se ahoga en un reloj de arena.
Mi ansiedad en la espera de tu conexión al chat.
El clip clap del reloj aturde mi sordera.
Momento en que me pienso,
Mi ansiedad en la espera de tu conexión al chat.
El clip clap del reloj aturde mi sordera.
Momento en que me pienso,
te
pienso
y nos pienso.
Nos invento otra realidad acortando la brecha espacio-tiempo,
partiendo de la creación del lenguaje.
Al límite de la palabra,
a la frontera de un nuevo idioma.
-Un código solo de dos-.
Por las noches, soy una ciega peripatética que el inconsciente traiciona.
La represión emocional quiebra en mis sueños y la mente
juega a los disfraces.
En el mundo onírico no hay reglas,
En el mundo onírico no hay reglas,
-
ni
ojos que juzguen lo que otros no quieren ver-.
Amanece,
y hoy te veo. - De nuevo-.
Acá
te tengo, sin tenerte.
A solo dos metros de alcance de mis dedos.
A tan poca y endeble distancia.
A solo dos metros de alcance de mis dedos.
A tan poca y endeble distancia.
Lo
sé.
Lo veo.
Lo siento.
Lo veo.
Lo siento.
Te
convertiste pronto y sin aviso en mi Valhalla,
mi
paraíso
mi Mar,
mi cielo.
Odín me recibirá a brazos abiertos y las Valquirias me arrastrarán a su seno.
Mis
heridas de guerra, a nombre de DonAmor,
ni a mi más iracundo enemigo se las deseo.
Llega el
ocaso, vuelvo a encontrarte. - De nuevo-.
Sudor
en las manos. Palpitaciones en el pecho.
Pienso.
Me pregunto: ¿es posible quererte sin conocerte?
Amabilidad
e interés se vuelven términos de difusa conciliación.
Y allí
me veo,
subsanando
un corazón roto con un deseo,
un amor platónico,
un amor platónico,
un
imposible,
un anhelo.
un anhelo.
Y
al final de cuentas,
solo te quiero
porque no te tengo.
solo te quiero
porque no te tengo.
Lucía Galluccio
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