Fémina
Fui la manzana prohibida, la dulce tentación del Edén.
Desprendiéndome de su costilla- dicen-, lo hice sentir completo. Le di
sentido a su ser.
Fui Afrodita la diosa del amor, madre de Eros. En las sabanas
dominé el arte de la seducción.
Me llamaron Helena, la más deseada. Cleopatra, la reina más
temida.
Fui aquella hereje, tildada de loca, sacrificada. Juana, la
maldita suicida.
Una soñadora inquebrantable como Austen."Fui un
desprendimiento de energía - dijo Marie Curie- una luz tenue
radioactiva".
Bajo un Blues Cósmico, Joplin pensó ser
aquella Lucy en el cielo con diamantes ... no fue más que una
psicodelia delirante.
Rebelde, desafiante. Canté "I love Rock and Roll" con
voz estridente.
Me elevé. Sí, dancé entre las nubes y plegué mis alas, alcancé ese
manto celestial al cual Amelia consiguió llegar.
Fui vulnerable. Sometida. Esclava. Guerrera. No cabe duda,
recuerdo la lucha permanente. La voz de aquella dulce Evita vociferando contra
la injusticia ante la multitud; reivindicando ese rol que me corresponde, que
por machismo relegan o censuran.
Me difamaron, me etiquetaron, me gritaron: - ¡Puta!
Aquella noche amanecida al volver a la casa del zaguán; después de
que renté mi cuerpo por un poco de amor, más no te olvides que soy un ser de
deseos,
anhelos
fatigas
gastados
recuerdos...
soy
madre,
hermana,
amiga,
hija;
Soy mujer.
Lucía
Galluccio.
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