lunes, 24 de septiembre de 2018

Calesita al revés


Calesita al revés

Acostado en el fino colchón de su habitación, con sus piernas juntas y brazos estirados a los costados, acariciando la acarosa alfombra verde musgo que tal vez es solo verde y el musgo real, como una decoración, o tal vez es pobre, tan pobre e ignorante que no sabe limpiar una alfombra.
Observa el ventilador girar, tan lento como si fuera una calesita al revés y puede cerrar sus ojos e imaginar niños caer, porque fueron contra las reglas y no se sujetaron del caballo azul-gris. “Agarrate bien Tomás o te vas a hacer mierda contra el piso” puede escuchar el grito algo rasposo de una señora con vestimenta colorida, cabello desteñido y olor a cigarrillo. Y Tomás que no le hizo caso, cae junto a otros niños al vacío y luego a la pansa del pobre ignorante, rebotan como un trampolín, ruedan, van directo al colchón hasta llegar a la alfombra y se llenan de musgo. Otros, con mala suerte entran directo en el ombligo como tromba, enredados en el remolino de pelo negro sucio, sudor y se ahogan… y mueren.
Ellos no tuvieron tanta suerte.
“Caen niños del cielo” dijo, o tal vez solo eran arañas, hormigas o pulgas y quiso pensar que eran niños, porque era divertido. Imaginar una calesita al revés, ver caer personitas como monedas y jugar a quien va más lejos del pobre borracho ignorante que muere poco a poco. Abre sus ojos, y ve.
Caen niños de la calesita.

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